Namasté. El estrés y la ansiedad han dejado de ser un problema gracias a la práctica de yoga. Seguramente lo habrás escuchado por moda o bien porque te han comentado cuán beneficioso es tanto para tu salud física como mental. Más allá de enumerar cuáles son sus ventajas, hoy en Oficines, queremos desvelar cómo practicarlo en tu oficina.
Tal y como comentábamos en un artículo reciente, el estrés es la enfermedad del Siglo XXI y es necesario saber hacerle frente. Además de los consejos descritos en dicho post, ahondaremos aún más si cabe en la relajación profunda que supone el yoga. Por si lo desconocías, las posturas que se practican en yoga, responden al nombre de “asanas”. Dentro de su tipología, encontramos una extensa variedad, pero las más comunes son las de Loto, El saludo al sol y Savasana (relajación profunda en posición de cadáver).
¿Cómo practicar yoga en la oficina y no morir en el intento?
Cuando pensamos en yoga, parece que tengamos que acudir a una academia para poder practicarlo eficazmente. Lógicamente, tras 8 horas en la oficina, es un poco difícil acudir regularme mente a ella, bien por cansancio o por pereza. Por ello, se puede practicar un tipo de yoga en tu puesto de trabajo sin necesidad de tener que extender tu esterilla en el suelo y hacer posturas dificultosas.
En la misma silla de tu oficina, puedes practica las posturas sin que tus compañeros de trabajo te miren con caras extrañas. El objetivo que persiguen estos ejercicios, es que estires tus músculos debidamente y que suprimas los dolores de espalda. Lo primero que tienes que tener, son unos auriculares y un tiempo de descanso que puede ser el del almuerzo o el de comer.
El primer ejercicio es muy sencillo. Tapa tus ojos con las palmas de tu mano ahuecadas y descansa tu mirada. Como bien sabrás, los ojos son los órganos que más padecen el cansancio debido al hecho de tener que fijar la vista en el monitor largas horas. Con este ejercicio, descansarás tanto los músculos de la vista, como los suboccipitales, que son los que sostienen la cabeza en equilibrio sobre el cuello.
El segundo ejercicio, es el de la torsión con la silla. Para efectuarlo, estira los músculos de la cintura escapar y abre los hombros. Con estas posturas, logramos movilizar los omóplatos y a la vez, abrimos los hombros de manera asimétrica. Asimismo, descargarás la tensión en los músculos postura les de la espalda que se sobrecargan al estar largas horas en la misma postura.
Una de las asanas que no hemos mencionado anteriormente, es la de “Adho Mukha Svanasana”, comúnmente conocida como”perro boca abajo”. Es ideal para poder estirar los músculos de la espalda y alargar la columna. Con ella, se consigue aliviar la presión existente sobre los discos invertebrales.
Para poder estirar los músculos isquiotibiales, la asana Ardha hanumanasana es la idónea. Con ella, se consigue potenciar la flexibilidad de los isquios y además, posibilita mantener una postura erguida con menor esfuerzo. Otra postura importante es la de la lanza con silla. Gracias a ella, estirarás el psoas, que es el músculo que incide sobre la espalda baja. Este músculo, también incide en la zona lumbar, donde se alojan gran cantidad de dolores, por lo que practicando esta postura, beneficiarás tus lumbares.
Tras largas horas sentado o sentada en la oficina, es lógico que en tu cuerpo aumente la cifosis dorsal. Para contrarrestarlo, debemos practicar contraposturas para deshacer los efectos nocivos que tiene apostura de ordenador sobre la espalda. También puede practicarse la postura del camello, con la que además de lo anterior, descargarás tensión en los hombros y la espalda dorsal.
Para finalizar, siempre puedes apostar por la asana Paschimottanasana, que permite estirar la espalda, los isquion y relajar los nervios. Todas estas posturas, permitirán que alivies dolores, pero a su vez, relajes tu mente y reduzcas el estrés. No permitas que el estrés se apropie de tu día y haga pasártelo mal. Súmate al tren del yoga y empieza a hacerlo en tu oficina hoy mismo. Namasté.