Las sillas de la oficina se vacían a medida que llegan los meses de verano. Julio y agosto se convierten en los preferidos a la hora de hablar de vacaciones. Por este motivo, es normal que en muchas ocasiones hayan semanas en que las vacaciones de nuestros compañeros coincidan. Otras personas deciden disfrutar de sus vacaciones durante otros meses del año y les toca quedarse en la oficina en agosto. ¿Eres de esos? En este artículo descubrimos cuáles son las ventajas de quedarse en la mesa de oficina en verano.
¿Qué ventajas tiene pasar el verano en la oficina?
Vivir en la oficina en agosto parece que sea algo terrible, pero no tiene por qué ser así. Solo debemos contar con algunas ideas para sobrevivir en ella. La primera idea se centra en el break. Ahora que los compañeros están de vacaciones, es un momento ideal para darnos pequeños caprichos que no podamos darnos el resto del año. Por ejemplo, podemos poner música diferente, sin cascos y vestirnos diferente. Además, podemos tomarnos el café en la terraza en lugar de la oficina ¡te encantará!
Sin duda, estaremos más tranquilos. Eso se traduce en menos ruido, más calma, menos calor y más paz. Nos concentraremos más fácilmente y las tareas saldrán con mayor rapidez. Además, verano en la oficina es sinónimo de menos trabajo. Es innegable que durante el verano hay menor carga de trabajo que el resto del año, ya que las entregas suelen posponerse. Aprovechar este respiro es perfecto para ponernos al día con todo aquello que tenemos pendiente y prepararnos para septiembre.
Ahora que hay menos gente en la oficina es el momento de innovar. Es perfecto para intentar cosas nuevas, trabajar en proyectos que tengamos en mente o bien, apostar por algo novedoso que no habíamos probado antes. Por último, esta etapa es perfecta para relacionarnos más con la gente. Debido a que hay menos personal en la oficina, podemos hablar con quienes no tenemos tanto contacto. Igual nos sorprendemos de la amistad que puede surgir con esa persona que se encuentra a tres mesas de oficina de la nuestra.
Como podemos observar, trabajar en verano no es tan malo. Aprovechemos esta época y la tranquilidad que nos brinda para enfrentarnos a la rutina y recarga las energías para todo el trabajo que tengamos en septiembre.