Las oficinas abiertas son las que conquistan a los empleados, ya que con ellas, encontramos una mejor forma de trabajo. Es importante conocer en primer lugar en qué consisten para luego incidir en las ventajas y desventajas que existen. En este artículo os lo desvelamos todo.
Oficinas abiertas: ¿qué son?
Es muy probable que hayamos oído acerca del concepto de las oficinas abiertas. Es más, es posible que lo hayamos visto en las películas y series de América, especialmente en las de los años 80. En esta época, ni se veían en España y ahora, son las oficinas que están reinando. En ellas, los trabajadores son quienes comparten un mismo espacio.
Cuando hablamos de oficinas abiertas, nos referimos a las que son amplias y no cuentan con paredes. De esta manera, los trabajadores tienen la oportunidad de trabajar conjuntamente en mesas progresivas. Es perfecto en las empresas que buscan comunicación y contacto entre empleados.
Dependiendo de cuál sea el sector y la empresa, encontraremos la posibilidad de optar por oficinas abiertas y oficinas cerradas. Las empresas son trabajadores jóvenes que están en su mesa de oficina, necesitarán oficinas abiertas para comunicarse con sus compañeros.
A pesar de ello, se está valorando la conveniencia o no de optar por unas oficinas abiertas. Este hecho lo tiene que evaluar la compañía y además, existe la oportunidad de que se combinen oficinas abiertas con oficinas cerradas para ciertos despachos, como el de dirección.
¿Cuáles son sus ventajas?
Una vez conocemos en qué consisten las oficinas abiertas, es el momento de ahondar en cuáles son las ventajas que tienen. Para empezar, hay que remarcar que existen distintas ventajas en las oficinas abiertas, por lo que muchas empresas españolas modernas están apostando por ellas.
La primera ventaja es que la comunicación con los compañeros es más sencilla y fluida. Esto se debe a que no se requiere ir de un despacho a otro para preguntar dudas o hacer presentaciones.
La segunda ventaja se basa en que se consigue un espacio dinámico que invita a la alegría en el entorno laboral. Este hecho es perfecto para las compañías en las que se busca que los trabajadores estén más activos.
En tercer lugar, se produce una mayor competitividad y por tanto, la productividad aumenta. Por último y no menos importante, permite una mejor vigilancia de los trabajadores, por lo que así se reduce el tiempo que dedican a navegar por Internet para centrarse en el trabajo.
¿Qué desventajas tienen las oficinas abiertas?
Las oficinas abiertas también tienen desventajas. Lo primero que suele venirnos a la cabeza es la falta de privacidad, pero existen más puntos. Es cierto que no existe tanta intimidad con las oficinas abiertas y son perjudiciales para trabajadores con cargos directivos y jefes que necesitan espacios que permitan fluir la comunicación.
Por otro lado, son más ruidosas e impiden la concentración. En este caso, en las oficinas abiertas es importante escoger el tipo de empleado que se adapte mejor a ellas. Para algunos trabajadores, también es cierto que la competitividad no es buena, por lo que afecta a su productividad directamente.
Por otro lado, es cierto que también favorece la transmisión de distintas enfermedades respiratorias que pueda haber entre los empleados y además, se suprime la noción que haya de jerarquía en el interior de una empresa.
Ahora que conocemos cuáles son los pros y contra de las oficinas abiertas, es el momento de apostar por ellas e implementarlas en nuestra empresa si lo consideramos conveniente. Así, podremos valorar previamente toda la información para después decidir con exactitud la opción que sea más adecuada para nuestra compañía.