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Menos gente y más espacios. Así sería la oficina el primer día de regreso

El confinamiento que empezó a mediados de marzo está comenzando a ser más flexible. El pasado fin de semana observábamos cómo los niños podían salir a las calles con estrictas medidas de seguridad para evitar nuevos contagios. Lo mismo ocurrirá el próximo fin de semana, donde el 2 de mayo las personas podrán salir a pasear por tiempo limitado y siguiendo unas recomendaciones básicas. Todo ello nos lleva a pensar que el desconfinamiento estaría próximo, aunque aún se desconoce qué día podríamos volver a esta “falsa realidad”. A la hora de regresar, se deberá tener en cuenta le hecho de trabajar seguros y para ello, se llevarán a cabo diferentes medidas de prevención que recogemos en este artículo.

Adaptar los espacios a la menos densidad de empleados por metro cuadrado será fundamental

Ahora que el teletrabajo se ha impuesto por causa mayor y que el Gobierno continúa recomendando siempre que sea posible, el nuevo reto será regresar a la oficina. Gran cantidad de empresas tuvieron que reorganizar su dinámica de trabajo para desempeñar su labor en remoto, por lo que el reto de ahora es regresar a la normalidad. Sin embargo, nada será como antes y las oficinas se preparan para un regreso en el que todo cambiará.

Los expertos señala que el confinamiento se ha convertido en un dinamizador de las tendencias, con la digitalización como marco y el trabajador “líquido” como sujeto del trabajo en remoto. La amenaza más evidente para la ocupación de las oficinas será la actividad económica, donde el eje principal del regreso al trabajo será la seguridad sanitaria. Por tanto, implicará una menor densidad de trabajadores por metro cuadrado. Asimismo, señalan que es posible que los puestos se reduzcan en torno a un 30-50% para evitar entornos dominados por el estrés y cumplir con las recomendaciones. Se tendrán que ajustar los aforos, aplicar medidas de desinfección e incorporar hábitos novedosos de higiene.

Tal y como señalamos en el anterior artículo del blog, los espacios “office” y salas de comedor permanecerán cerrados o tendrán un uso muy limitado. Asimismo, las salidas de la oficina para fumar también estarán restringidas y se propiciará siempre que sea posible la jornada continua. Hasta que exista una vacuna, se tendrá que convertir la oficina en un lugar seguro para los empleados. Para las primeras semanas de desconfinamiento, hay que plantear un regreso que sea gradual. Lo principal será evitar riesgos y se tendrá en cuenta la trazabilidad existente desde casa hasta el trabajo, donde el uso de transporte público será penalizado. Asimismo, los espacios hot desking serán puestos fijos y las salas de reuniones tendrán limitado su uso. Lo mejor es distanciamiento, higiene y desinfección.

La tecnología jugará un papel fundamental

Por otra parte, también es importante pensar a medio plazo. En este sentido, la tecnología será decisiva en esta nueva etapa. Las consultoras destacan las soluciones contactless, el reconocimiento facial y una serie de medidas que eviten el contacto físico de uso común como ascensores o aseos. Asimismo, también han recalcado las soluciones biométricas para monitorizar la ocupación de los espacios ofreciendo prevención y eficiencia.

Los cambios podrán desembocar en certificado para edificios de oficinas en clave sanitaria y Wellness para referirse a la eficiencia energética y al bienestar. Aunque estas medidas impliquen gastos, lo cierto es que los inmuebles de estas características tienen un valor mayor porque contribuyen a mejorar rentas.

A pesar de la transformación inicial de las oficinas, la situación ha demostrado algunos aspectos positivos. La cultura de las oficinas sin papel y sin puesto fijo ha hecho más sencilla la desconexión a las organizaciones, aunque la adopción del teletrabajo no quite sentido a la oficina, donde es posible que el trabajo individual desaparezca para desarrollarse un uso “como lugar de conexiones enriquecedoras”.