Pizarra: Dícese de aquel instrumento plano anclado a una pared, que permite escribir, dibujar, borrar y volver a empezar. Un producto con una larga vida útil y nulo gasto energético, no necesita baterías. Además de haber sido ampliamente utilizado en las escuelas (antes de la llegada de las tablets y proyectores) debe estar presente en nuestra oficina.
Existiendo internet, los mails, los cursos online, ¿quién necesita una pizarra? Nos encontramos en una sociedad donde la comunicación interpersonal ya es fluida e inmediata. Nunca habíamos estado tan expuestos a los demás, y los demás a nosotros.
¿Para qué necesitamos entonces una herramienta poco tan efectiva, escribir un mensaje que llega a menos personas y con una capacidad de espacio limitada?
El gran problema de la sociedad de la “infoxicación” es que la información conforme viene, se va. Es la otra cara de la moneda, nuestro cerebro no puede permitirse almacenar todo lo que oye y ve, y nos perdemos en una sobredosis de información que muchas veces lo único para lo que ayuda es para estar más confundidos.
Hoy, la instantaneidad es la norma. La expresión espontánea y el mensaje directo. ¿Y qué sucede cuando hablamos de trabajo? Fomentar el uso de la pizarra conlleva una serie de beneficios relacionados con la buena comunicación, denota confianza entre los trabajadores e interacción en la oficina. Hagamos de la pizarra un instrumento donde todo el mundo participe.
Mensajes duraderos
¿Cuál es el penúltimo video que has visto hoy? Estamos casi convencidos de que no lo recuerdas. La ventaja de contar con una pizarra es que las ideas, los horarios o incluso los asistentes al próximo partido de fútbol interno permanecen ahí, inalterables y disponibles siempre que lo necesites.
Fomenta las sinergias entre el equipo
Lo mejor de una pizarra en blanco es que puede utilizarse para cualquier cosa. Desde para anotar pequeñas ideas, frases o citas célebres que nos ayuden a motivarnos hasta colgar un nuevo esquema de cómo ganar el partido contra los de Alonso & Asociados del miércoles que viene.
Cuestión de confianza
Incentiva a tu equipo de trabajo a escribir o colgar cualquier cosa en la pizarra, a modo brainstorming. Colaborarás a crear un clima donde ninguna idea o aportación deberá ser juzgada, y ayudarás a crear un mejor ambiente.
Puede cambiar tu empresa
Para bien, sin duda. Tener una pizarra donde los trabajadores apunten libremente cualquier idea que se les ocurra tiene un beneficio doble. ¿Quién mejor que tu propio equipo de trabajo para proponer mejoras para tu empresa?