El Covid-19 continúa cambiando la vida de las personas y la relación que tienen con sus trabajos. Consiste en un nuevo escenario en el que han surgido las denominadas oficinas satélite. Consisten en espacios de trabajo que funcionan como un complemento de la oficina central de la empresa. Se trata de una tendencia mundial, donde las empresas se están planteando cómo reestructurarlas para la vuelta al trabajo.
Las oficinas satélites descomprimen la densidad en las oficinas
En los últimos tiempos, hemos asistido a nuevos cambios en las oficinas que han dado pie a nuevos conceptos. Uno de ellos es el de las oficinas satélites, una solución para muchas empresas debido a que descomprimen la densidad en las oficinas y solucionan problemas que pueda haber en el teletrabajo. Hay empresas que buscan otra soluciones diferente y, en este caso, las oficinas centrales no disponen de la capacidad necesaria para albergar a los empleados que tenían en la cuarentena. Sin embargo, las empresas se han dado cuenta de que la oficina en casa o Home Office, está funcionando.
Las oficinas satélites son espacios complementarios de una categoría inferior a las corporativas. Se trata de plantas de 500 m2 con excelente conectividad, con una densidad cómoda y una óptima accesibilidad. En definitiva, son espacios que inserirán a las empresas en costes más reducidos que los que tienen en la actualidad. A día de hoy, hay que tener en cuenta que el distanciamiento normal por persona es de entre 12 y 16 metros cuadrados. En cifras, la situación del coronavirus obligaría a las empresas a duplicar las superficies con un coste superior si se opta por una oficina que sea de mayor categoría. Por ello, están decidiendo que una parte de los empleados permanezca en Home office y otra a una oficina satélite a un coste de alquiler menor.
Es una tendencia que está teniendo una gran popularidad en zonas como Londres o Nueva York. En estas oficinas satélites, se pone el foco directo en dos cuestiones fundamentales: generar seguridad y bienestar junto a la cercanía de estar cerca de casa en cuanto a distancias, sin perder el networking y la cultura de empresa. Desde un lado financiero, se apuesta por reducir costes, puesto que las oficinas satélites se hallan en zonas que no son demandadas y donde los edificios tienen costes menores.
La popularidad se está trasladando a países de Europa como Italia o España. En nuestro país, ciudades como Madrid o Valencia están empezando a considerarlas. Los expertos señalan que, hasta que no aparezca una vacuna eficaz, el distanciamiento social seguirá siendo la regla y en este sentido, se tendrá que minimizar el uso del transporte público para reducir el contagio con empleados. Lo cierto es que aún es temprano para hacer afirmaciones, pero nos hallamos ante un nuevo paradigma que cambiará las formas, el espacio de trabajo y las regiones y mercados donde se encuentren las oficinas.