Cada vez son más las empresas que utilizan la metodología Agile en su día a día y es que ésta metodología nació con el objetivo de repartir y organizar el trabajo de una manera rápida y flexible entre diferentes equipos multidisciplinares para facilitar el trabajo diario y el desarrollo de los distintos proyectos empresariales.
Aquí puedes saber más sobre qué es Agile y cómo puedes comenzar a aplicarla en tu empresa hoy mismo. Hoy, vamos a contarte cómo nació ésta metodología que está revolucionando el panorama empresarial.
Sus orígenes se remontan a principios de la década de 1990 en Estados Unidos, cuando la informática comenzó a proliferar en la empresa y el desarrollo de software se enfrentó a una crisis. Y es que los expertos de la industria se dieron cuenta de que el tiempo que transcurría entre una necesidad comercial validada y una aplicación real en la producción era de unos tres años. Esto significada que muchos proyectos terminaban siendo cancelados o incluso cuando finalizaban ya no satisfacían las necesidades actuales de la empresa ni cumplían sus objetivos iniciales.
Jon Kern, ingeniero aeroespacial de la época, fue uno de los 17 líderes de pensamiento de software que comenzaron a reunirse informalmente para hablar de las posibles formas de desarrollar software de manera más sencilla, sin el proceso y la sobrecarga del modelo tradicional de la época.
De esta manera, declararon su independencia a estos modelos para comenzar a aplicar otros que consideraban más eficaces. Finalmente, en 2001, concretamente en Utah, se pusieron en común las mejores prácticas y se creó el manifiesto de la metodología Agile. En el documento se recogieron los principios y valores de este modelo de mejora continua que se basa en crear y planificar, con plazos de entrega reducidos para evitar la dispersión y focalizar la atención en una tarea encomendada. La elección de Agile, el nombre para este nuevo modelo de trabajo, hacía alusión directa a la agilidad y el máximo rendimiento que estas estas nuevas herramientas perseguían obtener en el entorno empresarial.
Así nació la metodología Agile, una filosofía de trabajo que llegó para quedarse y que está ayudando a las empresas a tener claras sus prioridades, alineando las fuerzas de las áreas y pensando tanto a nivel local como global, poniendo al cliente siempre en primer lugar.
Y es que en el entorno empresarial en el que vivimos, las situaciones imprevistas provocan incertidumbre, generando reacciones y sentimientos negativos hacia el cambio. Estos cambios, unidos a la falta de claridad, puede derivar en malos entendidos y carencias en la comunicación interna. Gracias a la metodología Agile podemos abordar estos retos comunicativos y modernizar productos o servicios de manera recurrente mediante un aprovisionamiento de herramientas que generen cambios radicales sin pasar por meses de desarrollo.