El coaching en la oficina o en otros sitios, es una práctica que ha cobrado una gran relevancia en los últimos años. A nivel personal, familiar y laboral, se ha convertido en una herramienta muy útil. Desde desarrollar habilidades en comunicación a realizar un buen feedback o mejorar la calidad de trabajo, son algunas de sus funciones. En la vida, existen distintas situaciones cotidianas que las personas enfrentan desde una visión equivocada, por pocas habilidades sociales o laborales.
El coaching en la oficina: una relación dinámica y creativa
En los casos anteriormente descritos, es una buena idea dejarse guiar por un coach, que son personas que se encargan de realizar coaching en la oficina de forma individual o grupa con foco organizacional. Si acudimos a la Internacional Coach Federation (ICF), encontramos que el coaching es una relación dinámica y creativa liderada por el cliente. En ella, el coach lleva a cabo un proceso fundamentado en preguntas y acompañamiento para que la persona encuentre su camino.
Los expertos en gestión de talentos, señalan que el coaching en la oficina puede ayudar a la gente a cambiar la manera de ver el mundo. Es decir, contribuye al cambio de la persona para crear aprendizajes, cambiar sus acciones y obtener resultados positivos y diferentes.
En los últimos años, hemos asistido a empresas que han contratado a un coach. Acerca d eso aporte en el terreno corporativo a la hora de hacer coaching en la oficina, los expertos señalan que puede desarrollar y potencializar las capacidades y competencias de líderes, colaboradores y equipos para ayudar con el cumplimiento de los objetivos de la empresa. De esta ,amera, se superan obstáculos, se hacen cambios significativos y se consiguen resultados extraordinarios.
En primer lugar, se deben esclarecer las necesidades de la empresa y los objetivos. Posteriormente, jefes y empleados se deben comprometer con el proceso. El coaching en la oficina puede ayudar a crear climas de confianza, mejorar habilidades comunicativas, crear un mejor trabajo en equipo y aprender a gestionar el tiempo.
En la persecución de estas mejoras, varias empresas promueven que algunos jefes se certifiquen como auténticos coaches. Se deben contener las competencias del coaching, interiorizando conceptos para poder trabajar con el equipo desde una visión con mayor amplitud.
De esta manera, la persona podría contribuir al equipo a tener buenos resultados. Todo ello mediante la escucha activa, la presencia, conversaciones productivas o la visión de aprendizaje continuo.
¿Qué se puede aplicar del coaching en la oficina sin ser experto?
En primer lugar, a la hora de practicar coaching en la oficina, se pueden elaborar planes de desarrollo. Es decir, gracias a ellos, se ayuda al colaborador a encontrar sus potencialidades y necesidades de desarrollo en el camino que quiere realizar en su carrera.
Por otro lado, se evalúa el desempeño. En este caso, se centra en dar feedback a los colaboradores acerca del desempeño laboral, de forma que sea una experiencia que motive.
Asimismo, hay que preparar al colaborador para la escucha del feedback 360. En este sentido, ayudarlo en la recepción, comprensión y aceptación de los mensajes recibidos y la generación del plan individual de mejora.
Además de dictar workshops al respecto, se tendrá que trabajar en el coaching en la oficina de manera individual y colectiva acerca de situaciones específicas. Por último, será necesario transmitir y ejercitar diferentes habilidades organizacionales y conversaciones y aplicarlas en las reuniones.
De esta manera, el coaching en la oficina se convertirá en una herramienta muy útil para las empresas. Sin duda, una disciplina relativamente nueva que promete asentar sus bases en el presente y el futuro más inmediato de las oficinas.